martes, 11 de octubre de 2011

Chone: el Estado arrasa con todo

Por Decio Machado / Especial para Revista Vanguardia 3 al 9 de octubre 2011

Desde mediados de año el Presidente Rafael Correa insiste una y otra vez en sus descalificaciones a la población montubia moradora en la micro cuenca de Río Grande, zona situada a unos ocho kilómetros de la manabita ciudad de Chone, donde se pretende instalar una represa con capacidad de almacenar 113,24 Hm3 (hectómetros cúbicos) de agua como parte del Proyecto Propósito Múltiple Chone, en la provincia de Manabí.

Mientras según el Jefe de Estado, la oposición a la represa de la población de Río Grande obedece a la manipulación política ejercida por “politiqueros” que tratan de hacerle daño al Gobierno y “ahí están los lucios, Prian, el grupo de Gustavo Larrea, Pachakutik y el MPD tratando de evitar que se haga el proyecto Multipropósito Chone”; la Secretaría Nacional del Agua anunciaba el pasado 22 de septiembre que las tensiones en Río Grande estaban bajando y que cada vez son más los choneros que ven en este megaproyecto un sinónimo de desarrollo y progreso.
Para Lenin Alcívar, un joven formado académicamente en Chone que decidió acompañar a su abuelo en su vida campesina en Río Grande, “el Gobierno miente de forma sistemática cada vez que hace alusión a Río Grande y Chone”. Como el resto de moradores de Río Grande, este joven montubio piensa que al Presidente Correa “ya no le engañan sobre esto, sino que es él el que nos trata de engañar” y prosigue indicando “pensábamos que le daban la información mal, que sus asesores eran incompetentes o tenían algún tipo de interés oculto, pero la última vez que estuvo en Chone conseguimos entregarle una carpeta llena de documentos que explicaban el porqué de nuestra oposición al proyecto y que es lo que la SENAGUA está haciendo aquí. A pesar de ello nos sigue amenazando y descalificando sin atender a razones. Para nosotros este Presidente es una gran decepción”.

La zona en fuerte tensión
El pasado 19 y 20 de septiembre se emitieron varias cadenas gubernamentales sobre los presuntos beneficios de la represa de Chone para la población local; entrando el 21 de septiembre la maquinaria de obra pesada en la zona, junto a un nutrido contingente de la Policía Nacional. Para el intendente de Policía, Luis Córdova, dicho operativo se justifica por bajo la finalidad de “prevenir cualquier incidente”. Pero “si como dice el Presidente de la República y los funcionarios de la SENAGUA apenas somos unos pocos habitantes los que estamos en contra de la represa, porque es que solo han podido comprar, y a precio de oro, dos pequeños predios en los que han instalado la maquinaria de obra en lugar de las seis mil hectáreas que pretenden inundar”. Quien hace la pregunta es Antonio Álvarez, campesino de la comunidad de Sánchez ubicada en las tierras altas de Río Grande.

Álvarez no relata su caso: “Para mi familia la cosa es más grave, en caso de materializarse el proyecto de represa, quedaríamos aislados en tierras altas de Río Grande, sin embargo y a pesar de ello, la SENAGUA no nos pagaría nada, dado que nuestras tierras no serían inundadas. ¿Usted entiende algo? Necesitaríamos barcas o helicópteros para poder sacar nuestro ganado, nuestra cosecha o viajar a Chone para cualquier cuestión de urgencia”.
Naiser Vera Guerrero es profesor de una de las 13 escuelas de primaria donde estudian aproximadamente 1.500 alumnos, que también quedarán bajo el agua. Él cuenta que desde la firma del contrato entre la SENAGUA y la empresa china, el 24 de julio del año pasado, todos los pobladores del lugar nos turnamos mañana, tarde y noche, para la vigilancia permanente de los caminos que permiten al acceso a sus tierras. "Sabemos que nos enfrentaríamos a la Policía o el Ejército en caso de invasión, nosotros no tenemos armas y eso no nos importa, defenderemos con nuestra sangre nuestra tierra, la cual es a su vez la tierra de nuestros ancestros”.

Según indican los moradores, la SENAGUA habría pagado 250 mil dólares por una propiedad de 23,2 hectáreas y otros 80 mil dólares por otra de 12 hectáreas, en las cuales se ha iniciado recientemente el movimiento de tierras con maquinaría de la constructora china Lu Zheng Lai.
Según Alfredo Zambrano, un veterano propietario de 40 hectáreas de terreno ubicadas estratégicamente donde se supone estará el dique de la represa, “han pagado a un precio desorbitado las pocas tierras que han podido comprar de las 6.000 hectáreas que pretenden inundarnos en Río Grande”. A esto, Lenin Alcívar le complementa, “mientras a algunos nos han ofrecido sobreprecios para la compra de nuestras tierras, a otros propietarios no les pagarían las suyas por quedar sus tierras en áreas de protección de la represa, vegas y zonas que quedarían aisladas tras la inundación, pero no por debajo del nivel del agua. Todo el proyecto de SENAGUA es un sin sentido”.

Los pobladores dudan
El proyecto consiste en la construcción de una represa en el río Grande y su desagüe en la parroquia San Antonio. Su presupuesto referencial en la adjudicación realizada en abril del 2010 era de 46,5 millones de dólares sin IVA, y la construcción debería estar lista en 36 meses contados a partir de la entrega del anticipo del 35 %  del valor de la obra.
La represa de río Grande deberá almacenar 113,24 Hm3 (hectómetros cúbicos) de agua, y tendrá una altura de 57,50 metros y una longitud de 276 metros. Los caudales vertidos desde El Olimpo serán conducidos hasta la laguna de inundación de La Sabana situada en la margen derecha del tramo inferior del río Carrizal, la longitud total de este canal es de 5.520 metros. Se inundarán entre cinco y seis mil hectáreas pero el impacto será mucho mayor, alcanzado este según técnicos del Municipio de Chone un radio de 19 mil hectáreas.

El proyecto se justificó por la necesidad de dotar de agua zonas adyacentes ubicadas en torno a lo que será la represa; dotar de agua potable a la ciudad de Chone en los meses de sequía y controlar las graves inundaciones que se generan en Chone.
 Alfredo Zambrano, reconocido por los pobladores como el "padre” o “hombre sabio” de Río Grande no lo cree así: “todo es una falacia, pretender regar 2.200 hectáreas de sembradíos que se extienden desde la parroquia Ricaute hasta la entrada de San Andrés, sin embargo estas tierras son de por sí fértiles, dado que su nivel freático se encuentra entre 3 y 5 metros por debajo del nivel del suelo. ¿Usted puede entender que se inunden 6.000 hectáreas de la tierra más fértil para regar apenas 2.200? Es evidente que alguien está mintiendo”.

El médico Elvis Suárez, quien tiene un consultorio particular en Chone cuestiona el segundo objetivo de la represa, “el problema de Chone con el agua potable es consecuencia de la antigüedad de su planta de tratamiento, la cual no tiene capacidad de procesar más que 10 mil metros cúbicos de agua al día, cuando las necesidades actuales de nuestra querida Chone son de 30 mil metros cúbicos diarios, el proyecto de represa en Río Grande no va a solucionar esta cuestión”.

Pero cuando los habitantes de Río Grande más se indignan es abordando la cuestión del necesario e indiscutible control de inundaciones.
“Si quieren actuar adecuadamente sobre el control de inundaciones deben actuar sobre sus responsables, no sobre el río Grande. Las imágenes dantescas convertidas en gigantografías por la SENAGUA en la ciudad de Chone para convencer a su población sobre las bondades de la represa son ciertas, pero no cuentan toda la verdad”, indica Zambrano. El problema, según su versión, viene desde que en los años 70 se instalaron en la parte baja del río Chone las empresas camaroneras, quienes a parte de destruir nuestros manglares y cortar el libre acceso del río al mar, les obsequiaron con la represa de Simbocal la cual está a su servicio y cuyas doce compuertas se obstruyen con facilidad debido a los sedimentos que arrastra la corriente.

Katherine Heredia, portavoz de la Asociación de Montubias Agroproductivas del Río Grande, enfatiza en esta cuestión: “La solución pasa por dragar el río, limpiar sus cauces para que Chone sea navegable, sacar a las camaroneras que obstaculizan su desembocadura e incluso dragar la Bahía de Caráquez, puesto que en breve cruzaremos andando de Bahía a San Vicente por la cantidad de sedimentos depositados en su fondo, el río ya no tiene fuerza para expulsarlas mar adentro. Si esto sigue así, en pocos años el flamante puente de Bahía de Caráquez valdrá para nada”.
En las comunidades de Río Grande se piensa que el proyecto oculta otra realidad distinta a la versión oficial. Zambrano cree “que el Gobierno tiene una carta bajo la manga que no se atreve a decir públicamente debido a los riesgos que para la población de Chone y sus alrededores entraña la construcción de una represa de estas características en territorio con alta intensidad sísmica. Sabemos por fuentes extraoficiales que nos llegan desde el propio Gobierno que el agua de esta represa está pensada más para las necesidades de la Refinería del Pacífico, donde se procesaran alrededor de 300 mil barriles diarios de crudo, que para las necesidades locales del cantón Chone”.

Mientras la SENAGUA prosigue con sus acciones legales para la expropiación de determinados predios entre los que destaca las 40 hectáreas dedicadas al cultivo de cacao, platanales, pastizales y bosque primario de Don Alfredo Zambrano, las dotaciones de la Policía Nacional se visualizan a escasos metros de su finca.
 Los moradores mantienen la calma, incluso después de que el territorio en disputa haya sido declarado “Zona de Seguridad Nacional” por el Presidente Correa y algunas represalias que ya han sufrido sus habitantes.

Según Elvis Suárez la población local ya sufre las consecuencias de este desencuentro con el Presidente de la República y sus política desarrollistas basada en grandes obras faraónicas: “Le puedo hablar en nombre propio, soy el único doctor especializado en medicina deportiva en la zona, sin embargo y consecuencia de mi posición en defensa de Río Grande, el Municipio me ha excluido como profesional en mis labores para la Liga Cantonal en Chone”. De momento solo se oyen tambores de guerra en Río Grande: presencia de maquinaría de obra no deseada en la zona, creación de puestos de la Policía Nacional zonas cercanas a los predios en litigio o las contra manifestaciones organizadas por militantes de Alianza PAIS ante las concentraciones en apoyo a Zambrano frente a los juzgados durante los procesos de expropiación auspiciados por SENAGUA.
Los moradores de Río Grande aseguran no haber sido previamente consultados sobre la obra, la licitación y el contrato con la empresa constructora china. De igual manera ha sido ya durante este mes de septiembre (más de un año después de firmar el contrato de obra) cuando la SENAGUA, acompañada de otras instituciones públicas ha comenzado a desarrollar actos de socialización del proyecto con la población local. Los pobladores consideran violentado su derecho constitucional a la resistencia y a la defensa de sus tierras y viviendas, de manera específica cuando en su Enlace Ciudadano No.228 Correa les acusaba de que forman parte de conspiraciones políticas y tramas palaciegas, diciendo que “la oposición reúne gente para boicotear, oponerse y obstaculizar los grandes proyectos que ejecuta el Gobierno”. Pero ellos creen que aún se puede dialogar con el gobierno pero no después de las imposiciones.

Mientra tanto, las mujeres de Río Grande preparan alegremente una olla popular para dar de comer a sus vecinos que hacen guardia frente a la Policía. Una de ellas, Carmen Alcívar, lamenta que el Presidente Correa no nos haya querido dar audiencia, "si nos conociera pienso que opinaría otra cosa sobre nuestras gentes. Nosotras consideramos que quien no defiende la tierra donde están enterrados sus ancestros es un maldito”.

No hay comentarios: