domingo, 6 de junio de 2010

La continuidad del uribismo se impone para la segunda vuelta

Decio Machado (Bogotá//Colombia)

Los más de seis millones setecientos cincuenta mil votos a su favor el pasado 30 de mayo, hacen que Juan Manuel Santos sea el virtual ganador de la segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo 20 de junio, y por lo tanto, futuro poseedor de la banda presidencial que tanto le obsesiona. Santos consiguió el 46,56% de los votos emitidos en la primera vuelta, frente al 21,49 % de Antanas Mockus, lo que supuso una diferencia algo mayor a tres millones seiscientos mil votos.

Santos forma parte de una familia históricamente influyente de Colombia. Su abuelo fue el prestigioso periodista liberal Enrique Santos Montejo, fundador de La Linterna y posteriormente director del diario El Tiempo. Este periódico había sido comprado en 1913 por el hermano de este, Eduardo Santos Montejo, quien fuera presidente de Colombia entre 1938 y 1942. Desde entonces, el principal periódico del país está en manos de la familia Santos. El primo hermano de Juan Manuel, Francisco Santos Calderón, es el actual vicepresidente de Colombia.


Juan Manuel Santos ya había participado en los gobiernos de César Gaviria como ministro de Comercio Exterior y de Andrés Pastrana como titular de Hacienda, aunque se proyectó políticamente en el gobierno del presidente Álvaro Uribe desde la cartera de Defensa, la cual ejerció entre 2006 y 2009. Desde este ministerio, empezó a construir su plataforma presidencial ante el desgaste de Uribe en Washington, lo que significó la paralización del acuerdo de TLC entre Colombia y los Estados Unidos.


Tras los holgados resultados a favor de Santos en la primera vuelta, este expreso su “agradecimiento especial a su asesor el venezolano Juan José Rendón y a todos mis asesores”.


JJ Rendon, experto en campañas sucias llegó a primeros de mayo a la campaña e inmediatamente dio un giro en la estrategia política de Santos. Cuando llego Rendón, Antanas Mockus subía notablemente en intención de voto, Rendón planteo el empate técnico y Santos empezó a ofrecer empleo ante el 13% de desempleados y el 50% de subempleo, la continuidad de la seguridad democrática de Uribe, agradeciéndole a Uribe tantas veces como podía el trabajo realizado en este sentido, vinculando su imagen a la del presidente, quien tiene una aceptación de más el 70%, junto a la promesa de no subir el impuesto para la guerra. Los últimos tres debates en TV nos presentaron a un Santos calculador y seguro amparado en la imagen de Álvaro Uribe.


Las aspiraciones presidenciales de Santos provienen de lejos. En 1997, Santos encabezó una trama que pretendía sacar de la presidencia a través de un golpe de Estado a Ernesto Samper, desprestigiado por las acusaciones de haber recibido dinero del narcotráfico en su campaña. Santos se reunió con grupos armados, paramilitares e insurgencia, con la finalidad de llegar a un acuerdo que permitiese llamar a una Asamblea Constituyente para poner fin al gobierno de Samper, sin embargo la trama fracasó.


Santos pasó de las filas del liberalismo al uribismo cuando visualizó que la partidocracia tradicional colombiana no tenía ya opciones de futuro. En su ejercicio como ministro de Defensa, fue valuarte de la política de Seguridad Democrática implantada por Uribe. En 2008 aplicó la de extraterritorialidad, atacando territorio ecuatoriano para muerte a Raúl Reyes, quien era el número 2 de las FARC. De igual manera, protagonizó el rescate a tres estadounidenses junto a Ingrid Betancourt, hechos que fortalecieron su imagen. Es autor intelectual de los “falsos positivos”, nombre con el cual se ha definido el fenómeno por el cual el ejército recluta jóvenes pobres que luego asesina para hacerlos pasar como guerrilleros y cobrar la recompensa.


Por su parte, Antanas Mockus no ha comprendido que para ganar al oficialismo, debe convertirse en una alternativa clara al uribismo. Mockus, quien se disputa una franja importante de votos en el electorado uribista, es reacio a la confrontación total con el uribismo y se ha mantenido tibio en sus críticas tanto al modelo económico como al modelo militar y de seguridad interna desarrollado por Uribe.


Esta situación ha llevado al Partido Verde de Mockus a volver a ignorar para la segunda vuelta un acuerdo programático con el Polo Democrático Alternativo, quienes en estos momentos reflexionan sobre llamar a la abstención en la segunda vuelta, situación que dejaría al aspirante presidencial sin más de un millón de votos provenientes de la izquierda.


Santiago Uribe, el hermano del presidente

Según denunció el mayor de la Policía Juan Carlos Meneses al diario The Washington Post, el hermano del presidente de Colombia, Santiago Uribe, encabezó un grupo paramilitar en los años 90 en la zona del Yarumal.

Meneses, que fue director de la Policía en esa zona, miembro del grupo paramilitar “Los Doce Apóstoles” y que vive hoy en el exterior, afirmó que esta organización asesinó a criminales de poca monta, simpatizantes de las FARC y supuestos subversivos.

Santiago Uribe, lideró a un grupo de ganaderos, les organizó para que crearan un grupo de autoprotección contra las acciones de la guerrilla, según Meneses. Indicando a su vez, que Santiago le dijo que su hermano Álvaro, que en los 90 era senador y 2002 fue elegido presidente, conocía esas actividades.


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